Pasaron varios días hasta que Grisón dejo de vigilar sus espaldas, su aspecto físico había cambiado, ya nadie diría que eraun vagabundo. Encontró trabajo en una fábrica de automóviles en la cadena de montaje era un trabajo tedioso te repetitivo, se pasaba la mañana colocando las ruedas de los vehículos, no ganaba mucho pero le permitía no gastar más dinero del fardo.
Su sueño ahora que había conseguido escapar de la calle era abrir otra vez su panadería recuperar su estatus y a su familia, pero era consciente de que iba a ser un camino muy largo lleno de baches y complicaciones pero aún así estaba decidido a recuperar su vida.
Ya hacía bastante tiempo que no probaba el alcohol y aún más desde que había dejado el juego.
Todas las tardes al volver de la fábrica Grisón se detenía ante una pequeña casa unifamiliar con las paredes de color turquesa y un jardín pequeñito, le gustaba y llevaba en venta desde que entró en la fábrica, no le sacaba ojo de encima durante cinco minutos la contemplaba y de vuelta a su motel se imaginaba como sería la vida allí.
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