domingo, 18 de septiembre de 2016

Los juguetes de Luis capitulo 6

Cap. 6
Luis estaba asustado, ¿Qué era esa sombra?, ¿Cómo lo había encontrado?, ¿Seria la misma persona de la nota que había leído días atrás?, preguntas sin respuesta que se acumulaban en su cabeza, le atormentaban, pero lo peor era el mensaje de volver a encontrarse con esa sombra, no le agradaba la idea de juntarse con ese ser tan raro a la vez que misterioso, pero lo haría si esa era la única forma de salvar a su familia.

Se quedo sentado junto al farol, que aun alumbraba parte del suelo, durante un buen rato pensando en todo lo sucedido esa noche, media hora después se decidió a volver a casa con la poca luz que le proporcionaba el farol, al llegar a la puerta visualizo una densa capa de humo negro que salía de la ventana de su habitación, solo podían ser dos cosas, pensó, o bien era la sombra con la que había estado que se colaba en su habitación o bien se estaba quemando, no sabía que le daba más miedo, pero todas sus dudas se desaparecieron cuando vio como la ventana de su habitación explotaba en mil pedazos de cristales rotos y una gran llamarada de fuego con un color naranja intenso salía de está, Luis solo pensaba en su familia, en si el fuego les había alcanzado, salió corriendo del cobertizo y se dirigió de vuelta a casa esquivando los arboles que parecían enfadados ya que mandaban sus ramas en dirección del pequeño que las saltaba y esquivaba para poder llegar y ver qué pasaba.

Al llegar a casa le sorprendió descubrir que solo se estaba quemando su habitación, en cuando el intentaba pasar de la puerta se apagaba así que el joven chico aprovecho esa pequeña y extraña ventaja para ir a echar un vistazo a la habitación de sus padres y su hermana.

Cuando llego a la habitación de sus padres todo estaba bien, normal, como si no hubieran pasado más de dos horas en vez de cinco o  seis noches, salió  despacio y fue a la de su hermana el panorama allí era completamente distinto, muebles por el suelo, objetos rotos, y encima de la cama, nada, su hermana no estaba en su lugar un soldadito de plomo, un prisionero, su peor pesadilla se había cumplido algo, alguien había secuestrado  a su hermana y no tenía ninguna pista de donde podía estar.

Regreso a su habitación, la cual había terminado de arder, sorprendentemente los muebles, la cama, el armario con los soldados recogidos todo seguía intacto, solo habían cambiado de forma, el armario antes de un color roble claro ahora asemejaba mas al negro y oscuro ébano, la cama había perdido el color pero no estaba quemada sino que todo lo blanco que tenia ahora era negro y la almohada era más grande y de color gris, en las paredes había caras pintadas por el humo, ojos vacios y bocas abiertas, la imagen del sufrimiento eterno,  ¿Era así como terminaría él?.


Abrió el armario dos cajones estaban abiertos llenos de polvo menos en el centro, las pocas zonas limpias marcaban en uno la silueta del prisionero y en el otro la de la maqueta de su antigua habitación, Luis las coloco en su sitio cerro el armario, se metió en la cama y durmió. 

sábado, 17 de septiembre de 2016

Los juguetes de Luis capitulo 5

Cap. 5o

Luis llevaba ya tres días buscando por la casa el siguiente soldadito de plomo, sin éxito, desesperado el joven niño salió al jardín para buscar en el viejo cobertizo situado en la esquina derecha de la parcela rodeado de arboles viejos y muertos que amenazaban con desplomarse en cualquier momento.

Luis los miro a tiempo para contemplar como la rama más alta del árbol más cercano se rompía y volaba en caída libre hasta el frio y duro suelo haciéndose añicos al tocarlo, temeroso Luis se acerco lentamente intentando no despertar a los árboles muertos.

Tan solo diez metros separaban al joven chico de su meta, la puerta del cobertizo, cuando el ruido de un árbol desplomándose inundó la cabeza de Luis que al darse cuenta del peligro corrió lo más rápido que pudo por la gran capa de nieve, en el momento que el árbol estaba a pocos centímetros de su cabeza Luis salto hacia delante y cayó en la nieve, si lo había hecho bien saldría ileso en el peor de los casos moriría de una forma rápida e indolora, por suerte el árbol no le alcanzo pero una de sus ramas le había dejado el pie atrapado y no se podía mover, hacia frio y tenía miedo pero una rama no iba a poder con él, tenía que ayudar a su familia, el joven levanto con todas sus fuerzas la rama y libero el pie.

Se levanto delante de la puerta, estaba abierta de par en par pero dentro no se veía nada, tan solo los muebles viejos y los trastos que se amontonaban unos encima de otros.

Luis estuvo buscando durante unos pocos minutos palpando todo para intentar reconocer los objetos que tenía cerca ya que la oscura noche sin luna no ayudaba y el pequeño no había cogido velas, aun así reconoció cada mueble, cada puerta que tocaba y abría se había hecho unos cuantos cortes y moratones pero no le dolían al menos en ese momento.

Al fondo del cobertizo brillaba un poco de luz, algo extraño pues estaba él solo, se acerco poco a poco, junto a la luz de lo que resulto ser un farol con una vela encendida dentro se encontraba una silueta negra de su tamaño o  un poco más baja que despedía humo negro por todo su cuerpo y no permitía ver con claridad qué clase de ser era pero sabía que le observaba y no lo quedaron dudas de ello en cuanto el ser alargo el brazo y dejo ver con claridad una mano de dedos puntiagudos largos y delgados que le hacían señas para que se acercaran, Luis desconfió al principio pero pasados unos segundos se dirigió hacia ella.

Dentro del farol se vela se estaba consumiendo y amenazaba con apagarse, pero el farol siguió iluminado después de que la vela se convirtiera en el charco de cera caliente que corría por el suelo de la habitación, como si intentara escribir  o dibujar algo con ella, al terminar de moverse y enfriarse la cera el ser que se encontraba pegado a Luis recogió la escultura y se la dio al pequeño, era un nuevo juguete, era una réplica a su habitación, por la parte trasera de la escultura ponía volveremos a vernos, al leer esto Luis se percato de que el ser se lo había dicho con una voz apagada y siniestra mientras él lo leía en voz baja y nada más terminar la frase desapareció como si de niebla se tratara.