Cap
3
Tras decidirse por donde empezar, Luis se dirigió a la
cocina ya que en múltiples ocasiones había encontrado objetos que ya daba por
perdidos en algún cajón de allí.
Luis llegó a la puerta y se paró en seco, la puerta presentaba
unos rasguños que habían quitado la pintura, vistos con perspectiva se podía leer
la frase “recién remodelado”. Luis no sabia a que se refería ya que su madre era una mujer de costumbres
y nunca había querido hacer reformas en la cocina, lo que no quita que el resto
de la casa no hubiese pasado por alguna reforma que otra.
Luis abrió la puerta con sumo cuidado, todo había cambiado
de sitio, Luis estaba perdido no sabía que hacer ni por donde empezar a buscar,
es como si todo lo que había planeado se le hubiera borrado de la mente en un
solo instante, Luis se quedo mirando la nueva cocina, se mentalizo de donde
estaba ahora cada cajón, cada mueble, cada silla y empezó a abrirlos como si el
destino de la gente a la que mas apreciara estuviera en sus manos, cosa que así
era.
Tras haber estado horas buscando dentro, encima, debajo y
a los lados de todos los objetos de la cocina Luis no encontró ninguno de sus juguetes,
solo encontró una nota y el guante de cocina de su madre con otra nota dentro
que detallaba a la perfección los rasgos culinarios de la madre, sobre todo en
la repostería. La otra nota que había encontrado decía “MIRA ARRIBA” Luis asustado y con miedo de encontrarse con el
personaje que le estaba haciendo pasar por este infierno, levanto la cabeza y
se asombro al descubrir un espejo de la longitud de la cocina con un gran
cuadrado en el cual no había cristal.
Tras estar mirándolo haber si así se percataba de algo
que se hubiera dejado en el camino el cristal empezó a agrietarse y empezaban a
caerse trocitos pequeños, Luis corrió a refugiarse bajo el gran cuadrado sin
cristal, al cabo de pocos segundos todo el espejo se vino abajo convertido
ahora en trozos minúsculos de cristal inservible, y con los trozos de cristal
algo más grande del tamaño justo como para ser un juguete, Luis lo siguió con
la mirada mientras caía y al terminarse la lluvia de cristales rotos fue
corriendo al mirar lo que era, su soldadito de la revolución Francesa pintado
con los colores del ejército francés, que tanto le gustaba a Luis, en su espalda
una nota que decía:
Uno de nueve espero que te hubiera sido tan entretenida
la búsqueda como lo fue para mi el observarte, el resto no será tan fácil,
ahora corre guárdalo.
Tras terminar de leer la nota Luis salió corriendo de la
cocina, cerró la puerta y la volvió a abrir para comprobar si había alguien allí,
pero la cocina había vuelto a su forma original los muebles estaban con a su
madre le gustaban y no había un solo cristal.
Luis entro en su cuarto y puso el soldado en la zona
iluminada y bajo el la nota, al rato se ilumino una zona pegada al soldado por
lo cual tenía que buscar al revolucionario de la revolución francesa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario