miércoles, 5 de octubre de 2016

Los juguetes de Luis capitulo 7

Cap. 7

No sabia cuanto tiempo había pasado desde la desaparición de su hermana, pero Luis no la encontraba por ningún rincón de la casa, nada en la planta superior ni inferior, buscaba cualquier rastro, un trozo de ropa, algo fuera de lugar, cualquier cosa.

Pasaban las horas y el joven niño no encontraba nada que mereciera la pena, o eso pensaba hasta que se cruzo con una puerta que nunca antes había visto, estaba en la parte trasera de la casa, dos puertas de madera aparentemente cerradas, el niño agarro el picaporte de una de ellas y tiró hacia arriba dejando al descubierto unas escaleras hechas de piedra que llevaban a la más oscura de las penumbras, Luis temía que la estructura se viniera abajo nada mas entrar, no resultaba difícil de imaginar después del ataque recibido por parte de unos arboles sin vida y del cambio de su habitación al son de las llamas.

Después de media hora pensando detenidamente si era buena idea o no bajar a buscar cualquier rastro de su querida hermana mayor o de su secuestrador, decidió bajar.

Al llegar al ultimo escalón tropezó y cayó de bruces al suelo, estaba todo teñido de oscuro, ni una ventana, ni un agujero por el que se filtrara el más mínimo rayo de la luz de la luna, sus ojos tardaron un rato en acostumbrarse a la falta de claridad y unos minutos mas en percibir las formas de los objetos que le rodeaban, tenia las rodillas magulladas por el roce y el choque continuo con los objetos. Se encontraba en lo que parecía el centro de la sala cuando percibió una ligera luz de otro farol, a Luis le aterraba la idea de encontrar otro farol ya que eso podía acabar en la visita de la extraña sombra que le rondaba y que ni siquiera la luz mas clara podía hacer desaparecer.


El niño miro en dirección a su espalda esperando encontrar un haz de luz que le indicara el camino hasta la puerta abierta de par en par, pero nada, oscuridad pura, trago saliva y se acerco al farol poco a poco.

domingo, 18 de septiembre de 2016

Los juguetes de Luis capitulo 6

Cap. 6
Luis estaba asustado, ¿Qué era esa sombra?, ¿Cómo lo había encontrado?, ¿Seria la misma persona de la nota que había leído días atrás?, preguntas sin respuesta que se acumulaban en su cabeza, le atormentaban, pero lo peor era el mensaje de volver a encontrarse con esa sombra, no le agradaba la idea de juntarse con ese ser tan raro a la vez que misterioso, pero lo haría si esa era la única forma de salvar a su familia.

Se quedo sentado junto al farol, que aun alumbraba parte del suelo, durante un buen rato pensando en todo lo sucedido esa noche, media hora después se decidió a volver a casa con la poca luz que le proporcionaba el farol, al llegar a la puerta visualizo una densa capa de humo negro que salía de la ventana de su habitación, solo podían ser dos cosas, pensó, o bien era la sombra con la que había estado que se colaba en su habitación o bien se estaba quemando, no sabía que le daba más miedo, pero todas sus dudas se desaparecieron cuando vio como la ventana de su habitación explotaba en mil pedazos de cristales rotos y una gran llamarada de fuego con un color naranja intenso salía de está, Luis solo pensaba en su familia, en si el fuego les había alcanzado, salió corriendo del cobertizo y se dirigió de vuelta a casa esquivando los arboles que parecían enfadados ya que mandaban sus ramas en dirección del pequeño que las saltaba y esquivaba para poder llegar y ver qué pasaba.

Al llegar a casa le sorprendió descubrir que solo se estaba quemando su habitación, en cuando el intentaba pasar de la puerta se apagaba así que el joven chico aprovecho esa pequeña y extraña ventaja para ir a echar un vistazo a la habitación de sus padres y su hermana.

Cuando llego a la habitación de sus padres todo estaba bien, normal, como si no hubieran pasado más de dos horas en vez de cinco o  seis noches, salió  despacio y fue a la de su hermana el panorama allí era completamente distinto, muebles por el suelo, objetos rotos, y encima de la cama, nada, su hermana no estaba en su lugar un soldadito de plomo, un prisionero, su peor pesadilla se había cumplido algo, alguien había secuestrado  a su hermana y no tenía ninguna pista de donde podía estar.

Regreso a su habitación, la cual había terminado de arder, sorprendentemente los muebles, la cama, el armario con los soldados recogidos todo seguía intacto, solo habían cambiado de forma, el armario antes de un color roble claro ahora asemejaba mas al negro y oscuro ébano, la cama había perdido el color pero no estaba quemada sino que todo lo blanco que tenia ahora era negro y la almohada era más grande y de color gris, en las paredes había caras pintadas por el humo, ojos vacios y bocas abiertas, la imagen del sufrimiento eterno,  ¿Era así como terminaría él?.


Abrió el armario dos cajones estaban abiertos llenos de polvo menos en el centro, las pocas zonas limpias marcaban en uno la silueta del prisionero y en el otro la de la maqueta de su antigua habitación, Luis las coloco en su sitio cerro el armario, se metió en la cama y durmió. 

sábado, 17 de septiembre de 2016

Los juguetes de Luis capitulo 5

Cap. 5o

Luis llevaba ya tres días buscando por la casa el siguiente soldadito de plomo, sin éxito, desesperado el joven niño salió al jardín para buscar en el viejo cobertizo situado en la esquina derecha de la parcela rodeado de arboles viejos y muertos que amenazaban con desplomarse en cualquier momento.

Luis los miro a tiempo para contemplar como la rama más alta del árbol más cercano se rompía y volaba en caída libre hasta el frio y duro suelo haciéndose añicos al tocarlo, temeroso Luis se acerco lentamente intentando no despertar a los árboles muertos.

Tan solo diez metros separaban al joven chico de su meta, la puerta del cobertizo, cuando el ruido de un árbol desplomándose inundó la cabeza de Luis que al darse cuenta del peligro corrió lo más rápido que pudo por la gran capa de nieve, en el momento que el árbol estaba a pocos centímetros de su cabeza Luis salto hacia delante y cayó en la nieve, si lo había hecho bien saldría ileso en el peor de los casos moriría de una forma rápida e indolora, por suerte el árbol no le alcanzo pero una de sus ramas le había dejado el pie atrapado y no se podía mover, hacia frio y tenía miedo pero una rama no iba a poder con él, tenía que ayudar a su familia, el joven levanto con todas sus fuerzas la rama y libero el pie.

Se levanto delante de la puerta, estaba abierta de par en par pero dentro no se veía nada, tan solo los muebles viejos y los trastos que se amontonaban unos encima de otros.

Luis estuvo buscando durante unos pocos minutos palpando todo para intentar reconocer los objetos que tenía cerca ya que la oscura noche sin luna no ayudaba y el pequeño no había cogido velas, aun así reconoció cada mueble, cada puerta que tocaba y abría se había hecho unos cuantos cortes y moratones pero no le dolían al menos en ese momento.

Al fondo del cobertizo brillaba un poco de luz, algo extraño pues estaba él solo, se acerco poco a poco, junto a la luz de lo que resulto ser un farol con una vela encendida dentro se encontraba una silueta negra de su tamaño o  un poco más baja que despedía humo negro por todo su cuerpo y no permitía ver con claridad qué clase de ser era pero sabía que le observaba y no lo quedaron dudas de ello en cuanto el ser alargo el brazo y dejo ver con claridad una mano de dedos puntiagudos largos y delgados que le hacían señas para que se acercaran, Luis desconfió al principio pero pasados unos segundos se dirigió hacia ella.

Dentro del farol se vela se estaba consumiendo y amenazaba con apagarse, pero el farol siguió iluminado después de que la vela se convirtiera en el charco de cera caliente que corría por el suelo de la habitación, como si intentara escribir  o dibujar algo con ella, al terminar de moverse y enfriarse la cera el ser que se encontraba pegado a Luis recogió la escultura y se la dio al pequeño, era un nuevo juguete, era una réplica a su habitación, por la parte trasera de la escultura ponía volveremos a vernos, al leer esto Luis se percato de que el ser se lo había dicho con una voz apagada y siniestra mientras él lo leía en voz baja y nada más terminar la frase desapareció como si de niebla se tratara.

lunes, 27 de junio de 2016

Los juguetes de Luis capitulo 4

Cap.4
Al despertar la mañana siguiente Luis esperaba encontrarse con algún símbolo de victoria, algo que le diera las esperanzas necesarias para continuar, pero nada. Se quedo tirado en la cama pensando cual sería su próximo destino, su próximo movimiento para vencer a aquel mal que asolaba a su familia.

Estaba tirado en cama intentando recordar los lugares de la casa en donde podrían estar escondidos los juguetes, podía ser cualquier sitio,  o, estarían en los lugares donde solía jugar.
Casi de inmediato le vino a la cabeza el despacho de su padre, un despecho pequeño cuyas librerías estaban llenas de libros complicados de derecho y leyes, en la pared un retrato del dentro de un marco de oro con muchas decoraciones colgado encima de una chimenea, en el centro de la habitación una mesa llena de papeles y documentos importantes, una pluma y un tintero decoraban la esquina derecha de la mesa, a cada lado de la puerta dos armarios con las puertas de cristal cerrados con llave y dos sillones no muy cómodos.

Luis de dirigió al despacho, pero antes de abrir la puerta recordó lo cambiada que estaba la cocina y se tomo unos minutos para prepararse por si se encontraba con algo fuera de lugar. Cuando se sentía listo para abrir la puerta y encontrase con la escena más inimaginable posible se encontró con el despacho normal, sin ninguna modificación de ningún tipo. Al entrar se le cerró la puerta tras de sí de un portazo y sin preocuparse demasiado empezó a buscar por todo el suelo, la mesas, las librerías.

Luis comenzada a sentir calor algo raro en esas fechas, extrañado dirigió su mirada hacia la chimenea, estaba encendida, pero no tenía leña ni carbón ni ningún otro combustible que lo hiciera posible, la llama era de un color naranja fuerte, Luis se acercó para inspeccionarla y así descubrir porque estaba encendida, pero al acercarse no había nada que prender, menos una pequeña llave dorada, pero eso no tenía ningún sentido, pensó Luis extrañado, una llave no podía arder como mucho solo se fundiría pero, ¿Qué podía abrir esa llave? Y ¿Qué utilidad tendría?

Luis se quedo pensativo durante unos minutos, contemplando como la llave desparecía dejando tras de sí un charco de algún tipo de metal fundido. Casi al mismo instante en el cual la llave desparecía de este mundo Luis se fijo en los dos armarios cerrados y en ese momento se dio cuenta: Estaban cerrados con llave, la misma llave que acababa de desparecer.

Luis se acerco a ellos e intento abrirlos con todas sus fuerzas, pero no cedían. Luis inspección los armarios desde fuera para ver si merecía la pena el cansancio, empezando por el da la izquierda para terminar luego por el de la derecha.

El armario de la izquierda estaba lleno de libros de leyes antiguas pero solo eso, leyes que no le servían para nada, al acercarse al derecho se fijo en la parte más baja que el cristal le permitía ver, ahí estaba el soldadito revolucionario francés, pintado de tal forma que aparentaba llevar ropa desgastada y sucia de la época agitando una bandera francesa en la mano.

Luis sin pensarlo lanzó el puño contra el cristal para rescatar a su “amigo” de su prisión transparente, al hacer añicos la puerta del armario se hirió la mano, no mucho, pero si lo suficiente como para comenzar a sangrar.

Luis cogió al revolucionario y se fue corriendo a su habitación para guardarlo junto al recluta francés, en su armario.

  

miércoles, 15 de junio de 2016

Los juguetes de Luis capitulo 3

Cap 3
Tras decidirse por donde empezar, Luis se dirigió a la cocina ya que en múltiples ocasiones había encontrado objetos que ya daba por perdidos en algún cajón de allí.

Luis llegó a la puerta y se paró en seco, la puerta presentaba unos rasguños que habían quitado la pintura, vistos con perspectiva se podía leer la frase “recién remodelado”. Luis no sabia a que se  refería ya que su madre era una mujer de costumbres y nunca había querido hacer reformas en la cocina, lo que no quita que el resto de la casa no hubiese pasado por alguna reforma que otra.

Luis abrió la puerta con sumo cuidado, todo había cambiado de sitio, Luis estaba perdido no sabía que hacer ni por donde empezar a buscar, es como si todo lo que había planeado se le hubiera borrado de la mente en un solo instante, Luis se quedo mirando la nueva cocina, se mentalizo de donde estaba ahora cada cajón, cada mueble, cada silla y empezó a abrirlos como si el destino de la gente a la que mas apreciara estuviera en sus manos, cosa que así era.

Tras haber estado horas buscando dentro, encima, debajo y a los lados de todos los objetos de la cocina Luis no encontró ninguno de sus juguetes, solo encontró una nota y el guante de cocina de su madre con otra nota dentro que detallaba a la perfección los rasgos culinarios de la madre, sobre todo en la repostería. La otra nota que había encontrado decía “MIRA ARRIBA” Luis asustado y con miedo de encontrarse con el personaje que le estaba haciendo pasar por este infierno, levanto la cabeza y se asombro al descubrir un espejo de la longitud de la cocina con un gran cuadrado en el cual no había cristal.

Tras estar mirándolo haber si así se percataba de algo que se hubiera dejado en el camino el cristal empezó a agrietarse y empezaban a caerse trocitos pequeños, Luis corrió a refugiarse bajo el gran cuadrado sin cristal, al cabo de pocos segundos todo el espejo se vino abajo convertido ahora en trozos minúsculos de cristal inservible, y con los trozos de cristal algo más grande del tamaño justo como para ser un juguete, Luis lo siguió con la mirada mientras caía y al terminarse la lluvia de cristales rotos fue corriendo al mirar lo que era, su soldadito de la revolución Francesa pintado con los colores del ejército francés, que tanto le gustaba a Luis, en su espalda una nota que decía:

Uno de nueve espero que te hubiera sido tan entretenida la búsqueda como lo fue para mi el observarte, el resto no será tan fácil, ahora corre guárdalo.

Tras terminar de leer la nota Luis salió corriendo de la cocina, cerró la puerta y la volvió a abrir para comprobar si había alguien allí, pero la cocina había vuelto a su forma original los muebles estaban con a su madre le gustaban y no había un solo cristal.


Luis entro en su cuarto y puso el soldado en la zona iluminada y bajo el la nota, al rato se ilumino una zona pegada al soldado por lo cual tenía que buscar al revolucionario de la revolución francesa.

jueves, 2 de junio de 2016

Los juguetes de Luis Capitulo 2

Los juguetes de Luis

Capo 2


Luis intentó destruir la nota  con la llama de la vela, pero el papel no prendía.
Tenía un mal presentimiento, por un lado no quería jugar ya que el miedo podía con él además que no sabía si lo que esa nube le decía era cierto, por otra parte tenía la necesidad de salvar las vidas de su familia.
Como podía fiarse de que todo lo que le habían dicho era cierto o solo una broma de mal gusto, se pregunto Luis mientras se dirigía a la habitación de sus padres, la más cercana a la suya.
Luis abrió la puerta despacio y entró, dentro estaban su padre y su madre durmiendo, pero no era capaz de despertarlos. Luis se estaba empezando a preocupar seriamente, y si todo era real, y si no podía hacer que sus padres despertaran, y si nunca podría volver a verlos, se preguntaba mientras corría hasta la habitación de su hermana mayor, entro con los dedos cruzados esperando que ella pudiera ayudarlo a encontrar sus juguetes y despertar a sus padres pero ella tampoco se despertaba, Luis estaba solo.
Luis al comprobar que todo era real y que no estaba en un sueño salió de la habitación de su hermana y comenzó su búsqueda por toda la casa habitación por habitación.

miércoles, 1 de junio de 2016

Los juguetes de Luis capitulo 1

LOS JUGUETES DE LUIS

Una fría noche de invierno, la nieve caía sobre el tejado, todos dormían, menos el pequeño Luis, un niño de 15 años, cabellos claros y rostro más pálido aun, que estaba tumbado en su cama escuchando al viento danzar ente las ramas de los árboles.
Luis no podía esperar a a que saliera el sol, él quería salir a jugar ya, se levantó de la cama,  abrió su cofre y cogió un soldadito de plomo.
A los cinco minutos,  la habitación de Luis estaba rodeada de soldaditos estratégicamente colocados para el juego.
Aún era muy temprano, pero Luis ya estaba jugando en su habitación, la poca iluminación de una vela le bastaba para poder ver el despliegue de soldaditos de plomo.
Ya llevaba media hora jugando cuando escuchó el crujir de la madera del pasillo, todos estaban durmiendo y Luis le quitó importancia, ya que era normal que en una casa vieja del siglo XVIII la madera hiciera un poco de ruido con el cambio de temperatura. El grujido seguía y cada vez se escuchaba más cerca hasta que se detuvo en frente a la habitación del pequeño Luis que seguía sin hacer caso del ruido hasta que llamaron a su puerta con cierta fuerza.
Luis se levantó cogió la vela y se dirigió hacia la puerta, cuando estaba en frente a esta se abrió dejando entrar una ráfaga de aire frio, propio del mes del año, y una nube oscura que apagó la vela.. Luis quedó petrificado delante de la puerta sin saber qué hacer. Tenía miedo a estar allí solo pero aún tenía más miedo a salir corriendo.
La nube oscura empezó a inundar la habitación, Luis cerró los ojos esperando despertar de su pesadilla, pero eso era real, al abrir los ojos la niebla se había disipado y sus juguetes ya no estaban en su lugar una carta y una pintada en la pared justo encima de la puerta en la que se apreciaba la palabra JUEGA.
Luis deseoso de que la carta le otorgara mas información sobre el paradero de sus soldados volvió a encender la vela y leyó la carta que se le había aparecido.
“Hola Luis
Espero no haberte asustado demasiado, quieres encontrar tus  juguetes, pues únete a la búsqueda, tus padres y hermanos no podrán despertar hasta que los hayas encontrado todos, iras hallando pistas a lo largo de tu casa, que no se te apague la vela si quedas sin iluminación tu familia no podrá despertar.
Te espero, un próximo amigo.”